Aporte Solidario y Extraordinario (o Impuesto a la riqueza)
La semana pasada, la Cámara Baja le dio media sanción al proyecto de ley creado por los diputados Máximo Kirchner y Carlos Heller denominado Aporte Solidario y Extraordinario.
Se trata de un impuesto que pagarán por única vez todas las personas humanas con patrimonios (en el país o en el exterior) que superen los $200 millones.
Las personas deberán realizar una declaración jurada y valuar su patrimonio a la fecha de promulgación de la ley. En el caso de superar el importe mencionado, deberán abonar este impuesto cuya alícuota para bienes en el país va desde el 2% al 3.5%, mientras que para bienes en el exterior va desde el 3% al 5.25%.
Estimaciones oficiales esperan que el impuesto alcance a poco menos de 10.000 personas y recaudar aproximadamente $300.000 millones. El destino de ello está definido de la siguiente manera: un 20% a la compra de equipamiento de salud para la atención de la pandemia actual, un 20% para apoyar a pymes golpeadas por el covid-19, un 15% al desarrollo y urbanización de barrios populares, un 20% al programa de becas Progresar y el 25% restante a la explotación y producción de gas natural.
Voces a favor del proyecto
Quienes defienden este proyecto consideran que ante los problemas generados por la pandemia, son las personas más ricas del país quienes deben hacer un esfuerzo para ayudar a aquellos que menos tienen. Argumentan también que se trata de un grupo reducido de personas a quienes este aporte no les cambiará su calidad de vida ni dejarán de ser ricos.
Voces en contra del proyecto
Son varias las críticas que ha recibido este impuesto:
- Podría existir una doble imposición con el Impuesto sobre los Bienes Personales vigente en el país. Se gravan los mismos bienes a las mismas personas, por lo que se estaría pagando dos veces por lo mismo.
- Se podría considerar confiscatorio, situación que se da cuando el Estado absorbe una parte sustancial de la renta o del capital gravado. Al considerarse las alícuotas máximas de Bienes Personales y de este nuevo impuesto, se estaría abonando hasta un 7.5% anual sobre el capital.
- No distingue bienes productivos de bienes suntuosos o de lujo, es decir, grava por igual tanto a una cosechadora como a un yate. Además no contempla ninguna exención como si lo hace el impuesto sobre los bienes personales, lo que lo hace más gravoso aún.
- No permite descontar las deudas que se puedan llegar a tener y que tienen su origen en la adquisición de esos bienes que se están gravando.
- Se ignora la falta de liquidez que se pueda llegar a tener para el pago del impuesto, por lo que podría llevar a personas a tener que enajenar parte del capital.
¿Este nuevo impuesto resolverá los problemas o nos causará algunos nuevos?
Para poder salir adelante el país necesita reglas claras, seguridad jurídica y medidas políticas y económicas que alienten la inversión. Necesitamos fomentar que nuestras empresas crezcan y se desarrollen en el país, que se expandan, que inviertan, y que exporten productos y servicios al mundo; y no que busquen la forma de radicarse en otro país donde hay condiciones más favorables. Hoy los distintos países del mundo compiten para atraer inversiones y crear condiciones atractivas para los inversores.
Es el capital privado quien puede invertir para generar más actividad, más puestos de trabajo y sacar el país adelante. Pero para ello deben estar dadas ciertas condiciones marcadas por la política, la economía y la justicia.
Este tipo de medidas constituyen un atentado justamente a ese capital privado y espantan las inversiones. Puede que en el corto plazo los miles de millones de pesos recaudados traigan cierto alivio y sirvan para resolver algunos problemas actuales ocasionados por la pandemia, pero mirando a largo plazo una vez que se haya redistribuido y consumido todo ese capital recaudado en nombre de la justicia social, el número de necesitados seguramente se habrá multiplicado.
Se espera que la Cámara de Senadores convierta en ley este proyecto. Ojalá y recepte las consideraciones que se le han hecho y le realice ciertas modificaciones, dado que en el caso que se convierta en ley tal cual está hoy, la misma será muy judicializable dado que no se puede analizar este impuesto sin mirar a la vez Bienes Personales, y en ese sentido sin lugar a dudas por un lado existirá una doble imposición tributaria, y por otro lado en conjunto el impuesto que las personas pagarán sobre su patrimonio será confiscatorio.
Cr. Juan Ignacio Raggio